Más horas, menos producción
Hace poco un compañero y yo decidimos coger el viernes día 12 como festivo, ya que este año teníamos una entrada para el Gran Premio de España de Fórmula 1, y no era cuestión de desaprovecharlo, es una oportunidad única en la vida.
El viernes es el día de la semana que menos trabajamos, 6 horas. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando uno de nuestros jefes nos comunicó que como el trabajo iba mal en plazos habría que recuperar esas 12 horas (6*2) perdidas.
El resultado ha sido un fin de semana fantástico, pero nos espera una semana desesperante. Si a las 9 horas diarias que trabajamos de martes a jueves (el lunes y viernes trabajamos menos horas ya que tenemos que viajar de Zaragoza a Barcelona, 3 horas que no están incluidas en nuestro horario laboral... pero eso es otro tema) le sumamos las horas a recuperar, nos esperan días de más de 10 horas seguidas, que realmente parecen 11,5 horas porque la hora y media para comer no permite desconectar ni un segundo.
Lo más sorprendente de todo es que sigan necesitando más horas, y metiendo nuevas personas, cuando el problema está en la organización. Yo y mis compañeros pasamos largas horas sin trabajo que hacer, mirando al infinito o navegando por el apasionante mundo de la blogsfera...
Ver para creer.
Las historias y personajes aqui reflejados son fruto de la imaginación de una mente perturbada.
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