YoNoigo: Mi odisea con Yoigo

28/12/2006 19:12 por Álvaro J. Iradier

Cualquier ser viviente que se autoconsidere mediánamente friki, y especialmente si posee un ordenador portátil o PDA y una tremenda adicción a vivir conectado a Internet, cual fuente de energía e información vital, se sentiría mínimamente interesado por las atractivas tarifas ofrecidas por Yoigo, el nuevo operador de telefonía en España. Según sus tarifas, verdad de la buena, podrás navegar todo el día por máximo 1,2€. Es decir, toda una tarifa plana UMTS de 36€ + IVA al mes. Pero no es oro todo lo que reluce... Verdad verdadera

Aunque esto por si sólo era suficiente motivo para decidirme a probar sus servicios, hay que añadir al cóctel unas tarifas de llamadas y SMS sencillas y baratas, y un móvil Sony Ericsson K610i a buen precio. Por 39€ tenemos el kit completo, en modalidad de contrato. Por si acaso, y como si una especie de sexto sentido me avisara sabiamente de ser precavido, opté por el kit de tarjeta prepago por 89€, 20€ de saldo incluido.

Un martes 5 de diciembre formalizo mi pedido desde la tienda virtual de Yoigo, en su propia página Web. Según rezan sus concisos dogmas en la propia web, verdad verdadera, el pedido debería llegar en 3 días máximo. El viernes, al no tener noticias, llamo al número gratuito de atención al cliente, y tras una tediosa espera de unos 45 minutos soportando una sarta de chorradas como "No todo el mundo ha leido el quijote", y los coros de niños riendo y cantando "verdad de la buena", al final me atiende una amable señorita (al menos siempre son amables), que me confirma que mi pedido aún no ha sido atendido, pero que lo recibiré en breve.

El sábado me llama un amabilísimo caballero para confirmar el pedido, y acordar la entrega para el lunes. Le comento que prefiero pasar a recoger el pedido por las oficinas de Seur (la transportista), ya que en el horario de entega no voy a estar en mi domicilio. El hombre toma nota y promete notificar al transportista de mi sugerencia. Por supuesto, el miércoles por la tarde al volver a casa, dos días después de lo previsto, me encuentro la nota de Seur. Han pasado por mi domicilio, y como bien advertí, yo no estaba en casa. Llamo a Seur, deseoso de pasar a por el envío, y me dicen que no es posible hasta el día siguiente. Panda de zoquetes, ¿por qué no habeis dejado el paquete quitecito para que pasara a buscarlo, en lugar de perder el tiempo y hacermelo perder a mi?

El jueves al fin paso a recoger mi nuevo móvil. Leo atentamente las escuestas instrucciones. Como era de esperar, simple y conciso. Literalmente:

1. Pon la tarjeta en tu móvil.
2. Enciéndelo e introduce el PIN.
3. Llama a tu amiga María.
4. Y después, a Pepe, y a tu abuela, y a ese vecino tan educado, y a...

Sigo los pasos hasta el nº 2. Voy a probar el nº 3, aunque en vez de llamar a María me llamo a mi otro móvil (soy poco sociable). En lugar de sonar, escucho una locución de bienvenida a yoigo: Todos los servicios están activos, y se corta la llamada. Vuelvo a intentarlo. Idem. Llamo a un teléfono fijo. Lo mismo. Llamo a atención al cliente (622). Lo mismo.

Buen comienzo, pienso, y llamo a atención al cliente desde otro teléfono. Tras otros 40 o 50 minutos de espera, alguien atiende mi llamada, y toma nota de la incidencia, prometiendo ponerse en contacto conmigo.

A todo esto, agradecer la original idea del Callback de Yoigo. Una pena que no funcione, como todo. Durante las interminables esperas en atención al cliente, una locución nos dice cada minuto que si estamos cansados de esperar, pulsemos la tecla "1", y ellos se pondrán en contacto con nosotros. Hace 7 días que espero que se pongan en contacto conmigo.

Durante largas horas esa tarde intenté llamar infructuósamente por teléfono desde mi nuevo teléfono Yoigo. Inútil. ¿Envíar SMS? No funciona. ¿Conexión a Internet? Ni en sueños. Acabo de comprar un bonito reproductor MP3 con cámara de 64MB de memoria, ya que es la única utilidad que el teléfono tiene de momento. Por supuesto, como buen ingeniero, realizo la prueba de cambiar la SIM a otro teléfono, para descartar un problema con el terminal. Problema descartado.

Al día siguiente, milagrosamente puedo realizar llamadas. Creo que no tiene nada que ver con la incidencia que puse el día anterior, simplemente se ha solucionado con el tiempo. Sin embargo, 8 días después, y tras horas y horas de llamadas a atención al cliente, sigo sin poder enviar SMS ni conectarme a Internet. Resumiré únicamente algunas de las perlas o respuestas más frecuentes que he obtenido.

Digame su nombre... apellidos... DNI... nº de teléfono yoigo... nº de tarjeta SIM - Sí amigos, esto hay que repetírlo cada llamada. Parece mentira que con lo evolucionada que está la informática no sean capaces de asociar algo tan simple como un DNI o un nº de teléfono con el nº de SIM o el titular...

¿Has probado a enviar el mensaje TODAS al nº 500? - Lástima que no pueda enviar SMS, como te acabo de explicar

Tomamos nota de la incidencia, en breve estará resuelta y nos ponemos en contacto con usted - De eso hace unos 6 días, o unos 3 días, dependiendo de la llamada

Prueba a apagar el móvil, a sacar la tarjeta, volverla a poner, volverlo a encender, y mandar el mensaje TODAS al 500 - Y mejor lo hago cuando haya luna llena, y bailo desnudo alrededor de una hoguera entonando cánticos de Verdad verdadera, no te jode.

Prueba a mandar el mensaje "Todas", con las comillas incluidas, la T mayúscula y el resto en minúsculas, al número 500... si, es una variante que tenemos - yo sí que os daría variantes...

Pues llámanos mañana, porque nos tienen que aprobar una nueva configuración manual, pero no podemos decirla hasta que el departamento nos la apruebe (...) Sí sí, nosotros también tenemos muchas ganas de que nos la aprueben, tal vez mañana o pasado (...) Sí, lo que vamos a hacer es coger a todos los clientes uno a uno y darles la configuración manual, hay que tocar una serie de cosas en el móvil - No comments

La verdad, aún no pierdo la confianza del todo en Yoigo, y espero que sepan corregir estos problemas de manera inmediata, y que todo lo ocurrido haya sido por culpa de un excesivo éxito y acumulación de clientes y problemas. Pero peor no se puede empezar, y recomiendo a todo el mundo cautela.



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